Los caminos de La Mancha están
escoltados por los viñedos que crecen en sus tierras. Una historia
escrita con las manos que trabaron sus campos para obtener los vinos
que hoy dan fama a esta región. Caldos únicos que llevan la esencia
de un pueblo que ha crecido entre vides.
Te invitamos a recorrer los caminos del
vino. Queremos que descubras las bodegas que se levantan ene el
paisaje manchego y saborees el fruto que da esta tierra, donde suelo
y condiciones climatológicas confluyen para engendrar una amplia
variedad de caldos. Conocer las bodegas de esta región de La Mancha
es ahondar en su historia. Aromas y sabores que hablan por sí solos
y seducen para siempre los paladares. Rutas que están esperando los
pasos del caminante que sabe valorar una buena copa de vino, que
disfruta con la mesura y el buen hacer de las gentes que trabajan en
estos campos.
Ven. Déjate impresionar con la gama
de sabores que te espera. Recorre los caminos que ya hicieran
personajes de nuestra literatura más universal y reescribe la
historia con tus impresiones. Brindamos por tu visita.
Alcázar de
San Juan, corazón de la Mancha, es por su posición geográfica
el centro de la llanura manchega. Punto de encuentro de pueblos y
culturas que lo hacen una ciudad moderna donde sigue vivo el
espíritu de Don Quijote.
Campo de
Criptana, tierra de Gigantes. Incrustado en la ladera de una
prolongada colina, sus casas se encaraman por un anfiteatro natural
hasta alcanzar la cima sobre la que se yerguen los molinos de viento
y desde donde la llanura manchega se muestra con generosidad al
espectador.
Pedro Muñoz,
humedal de Don Quijote. Posee un complejo lagunar con un
inmenso valor medioambiental y turístico que ostenta la declaración
de Reserva Natural y Zona de Especial Protección de Aves, con gran
riqueza vegetal y faunística. Se erige, pues, como uno de los
espacios vitales de la Ruta de Don Quijote.
San Clemente,
la joya del Renacimiento manchego, que toma nombre de su
fundador Clemente Pérez de Rus. Sus calles jalonadas de iglesias,
conventos, pórticos y torres, hablan de un pasado esplendoroso que
hoy sorprende al viajero.
Socuéllamos,
patria del vino. Llanura de vides, tierra de rojos
atardeceres, posada de ilustres comendadores, cuna de hospitalarios
y generosos pobladores.
Tomelloso,
posada de vid y cultura, bello por sus magníficos contrastes
y cuna de grandes figuras del arte, en la que bombos cuevas y
chimeneas de las antiguas licoreras evocan una historia y una
tradición ligada al vino.
Villarrobledo, el mayor viñedo del mundo. Asentado sobre una
fértil vega, el término municipal de Villarrobledo alimenta en su
seno más de 30.000 hectáreas de viñedo, unos 48.000.000 de cepas de
vid, que han convertido al municipio en el mayor productos de una
del mundo.
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